
Una acuarela de Manuel María Paz, de las ilustraciones de la Comisión Corográfica, que lleva el título de Camino para Nóvita, en la montaña de Tamaná - Provincia del Chocó, 1853, pinta un imperturbable lector que, a lomo de indio y embelesado en su libro, no advierte el peligro que el carguero afronta: el paso sobre un tronco tendido entre dos despeñaderos: sobre un río turbulento que deviene cascada. De nada se percata el lector, de espaldas a todo; cautivado por las letras ni siquiera el espanto del abismo, que lo recibiría si hay un mínimo resbalón, interrumpe la lectura. El libro resulta así el más espléndido cobertizo: resguarda de la realidad.
Jose Fernando Calle Trujillo
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