La editorial Confluencias está haciendo una gran tarea: su fondo responde a esa idea renacentista de que los libros de un catálogo son las páginas con que el editor escribe su propio libro. Leys –a quien también publicó Confluencias: Ideas ajenas– y Weil pertenecen a ese raro pero fecundo clan de las letras francesas: los escritores católicos. A Leys –sinólogo y chestertoniano– y a Weil –destacada helenista– les cabe lo que decía Nicolás Gómez Dávila de sí mismo: paganos que creen en Cristo. Otro vaso comunicante entre los tres: Milosz fue el primer traductor de Weil al polaco y Leys el primero en traducir este ensayo al inglés (para el NYRB). Los ensayos de los dos ya valen todo el libro (en especial, la anécdota sobre Camus, el Nobel y la visita a la madre de Weil).
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El título es chocante y agresivo –sin duda–, y no tiene nada que ver con la clásica, directa elegancia de Weil. Tal vez responde a un gusto por ir al grano, como el de los antiguos. Y como en los antiguos, el ensayo no trata de lo que el título expresamente anuncia; Weil quiere abordar las grandes preguntas, esas que ya no creemos valga la pena hacernos: ¿es la democracia un bien o un mal? Si es un bien, ¿qué clase de bien? Si es un mal, ¿es un mal que valga la pena ser soportado? Eso que el año de 1789 vio nacer, ¿nos hace más o menos libres? Weil avanza con la paciencia de un monje medieval. Y la parábola de Chesterton sobre el monje y la luz –que Leys cita en su prólogo– ilustra como ninguna por qué necesitamos monjes todavía, quizá más que nunca.
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Christian Camilo Londoño
Libélula Libros
Algunas frases de Simone Weil apuntadas por Simon Leys en Ideas ajenas:
"El pasado, cuando la imaginación no se regocija en él, justo en el momento en que una casualidad lo hace surgir con toda su pureza, es un tiempo del color de la eternidad. El sentimiento de realidad es puro entonces. Es pura alegría. Eso es la belleza. Proust".
"Soledad. ¿En qué consiste, pues, su recompensa? Su recompensa consiste en la posibilidad superior de atención".
"La atención absoluta, sin mezcla, es un oración. Cada vez que prestamos verdadera atención destruimos una parte del mal que hay en nosotros".
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